domingo, 2 de diciembre de 2012

Carta abierta a Marcelo Ebrard



México, D.F., diciembre 2, 2012.

Lic. Marcelo Ebrard Casaubón
Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Presente

Quisiera no haber necesitado escribir esta carta, señor Jefe de Gobierno. Lamentablemente, me veo en la penosa obligación ética de enviársela. Espero atienda con prontitud la solicitud que en ella se incluye.
Ayer, 1º de diciembre, tomó protesta como presidente de México Enrique Peña Nieto, y por ese motivo, eminentemente político, muchos individuos, en pleno derecho de ejercer su libertad de palabra y expresión, acudieron a diversos puntos de la Ciudad de México a manifestar su inconformidad.
El despliegue policial que se realizó fue, desde mi punto de vista, un ejercicio abusivo del poder federal y del GDF. Sin embargo, lo más grave, es que la fuerza policiaca fue utilizada para reprimir a los manifestantes inconformes. La información que circuló en los medios de comunicación y en las llamadas redes sociales de internet fue confusa y ambigua. Lo que sí quedó claro desde el principio es que se suscitaron “enfrentamientos” que causaron severas lesiones a varios manifestantes, en su mayoría estudiantes de las diferentes instituciones del Distrito Federal y su zona conurbada.
Después,  la violencia se desbordó por varios puntos del llamado primer cuadro de la ciudad. No tengo la menor intención de discutir en estas líneas si existieron grupos de provocadores y/o porriles entre los manifestantes y si estos iniciaron o no las agresiones en contra de monumentos y edificios públicos y privados. Me parece que en todo caso eso le corresponde a la autoridad competente, que en este caso, usted dirige.
No soy abogado y, por lo tanto, mis argumentos no van a correr por ese sendero. Soy sociólogo y antropólogo social, así que quiero expresar mi punto de vista argumentando en esa línea. Sé que con ello no necesariamente abonaré a la causa estrictamente jurídica de los implicados en los “actos violentos” por los que intercedo. Pero apelaré a la sensibilidad política y ética que, estoy convencido, aún conserva, a pesar de los varios años de ejercicio de poder gubernamental que tiene en su trayectoria.
En primer lugar, la motivación inicial de las manifestaciones de ayer son de carácter político y en esa medida, toda persona que haya sido detenida por los hechos de ayer deben ser considerados, sin lugar a dudas, como detenidos políticos. Se argumentan e imputan daños a la propiedad pública, daños a la propiedad privada y ataques a la paz pública en pandilla.
Todo eso está muy bien. Sí, eso que los medios de comunicación ya nombran como “disturbios” del Centro Histórico, afectaron varios comercios y monumentos públicos. Sé que su gobierno se ha propuesto remozar y “regenerar” el Centro Histórico y que la recientemente remodela Alameda Centra sufrió “graves” daños al igual que algunos de los hoteles y negocios circundantes. No puedo más que lamentar que eso haya sucedido y que se estropeara el magnífico trabajo de remodelación y privatización que usted ha realizado a lo largo de estos años.
Pero no quiero desviarme. Regreso al punto fundamental. Por cualquier punto que se le quiera ver, las manifestaciones de ayer fueron motivadas políticamente y por lo tanto cualquier acción en su contra, incluida su detención y potencial reclusión deben considerarse como una reacción políticamente motivada. Y lo político debería de tratarse por los causes políticos. Lo he oído y leído muchas veces apelando al diálogo y a la negociación como únicas armas capaces de resolver los problemas que nos aquejan. No hace mucho declaró que el conflicto en la UACM sólo podría resolverse negociando y dialogando, y por ende evitando el uso de la fuerza y la intervención judicial y policiaca.
No veo, en ningún punto, que los daños generados por los “disturbios” de ayer no puedan ser remediados por las aseguradoras, un poco de solventes, unas escobas y algo más. Incluso supongo que eso ya está en marcha. Por ello, el que muchos individuos, entre ellos varios estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y en especial de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se encuentren detenidos e incomunicados, me parece muy grave.
Con esto llego al punto medular de mi misiva. Quiero hacer referencia explícita a dos jóvenes que han sido detenidos y asilados en el Agencia del Ministerio Público Número 50 A, Adscrita al Sector Central Niños Héroes y Lavista. Ellos son Daniel Esquivel Sánchez y Ana Lilia Cancino Yepes. Son estudiantes de la carrera de sociología y fueron en algún momento mis alumnos. Los conocí y en todo momento me parecieron excelentes universitarios. No puedo saber con exactitud lo que el día de ayer hicieron estos dos alumnos, pero, como se lo he hecho saber, pienso que, dado el caso, no puede considerarse nada que no pueda ser resuelto materialmente.
Por ello, apelando a criterio político y a su propia voluntad de diálogo, es que lo emplazo a dar una muestra de tolerancia y de actitud política congruente con alguien que se hace llamar un demócrata y parte de un gobierno de izquierda. El paso que está dando su saliente administración podría acorralarlo en un callejón político sin salida. Está a tiempo de demostrar que tiene voluntad de “diálogo y negociación” si deja en libertad a estos jóvenes estudiantes y a todos los demás que fueron detenidos ayer, liberándolos de todos los cargos que se les quiere imputar.
Señor, Jefe de Gobierno, lo digo sin ambages, criminalizar y perseguir la protesta social, por más “violenta” y destructiva que le parezca, no es sino enturbiar las aguas de un país que se ya se mueve en lodazal de la violencia rampante y que ha causado miles de salvajes muertes y muchas más personas en la desolación. ¿Quiere usted abonar en ese sentido o está dispuesto a dialogar y negociar?
Pienso que escogerá lo segundo.
Por la libertad de Daniel Esquivel Sánchez.
Por la libertad de Ana Lilia Cancino Yepes.
Por la libertad de lo todos los detenidos el día 1º de diciembre.

Atentamente


Dr. Sergio Varela Hernández
Profesor de Asignatura de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Universidad Nacional Autónoma de México